Explicando el ejercicio |
Por su parte, la conducción del guía, es decir, como va indicando la persona al animal la consecución de cada obstáculo, es determinante a la hora de disfrutar de la pista por ambas partes. Una buena conducción hace que el perro se encuentre más cómodo llevando a cabo el ejercicio, que disfrute más del mismo y, por consiguiente, se fomente más el vínculo con la persona que lo conduce. De la misma manera, existen obstáculos que requieren de una especial atención a la hora de hacer que el animal aprenda a efectuarlos. Por ejemplo, las conocidas zonas de contacto, pasarela, empalizada y balancín, necesitan que el animal pise las zonas remarcadas, tanto a la entrada como a la salida. De forma que, si el perro no está bien entrenado, es muy posible que, debido a la velocidad que lleva, salte esas zonas, acometiendo una falta.
Ejercicio de Susana y Moly |
Por lo tanto, el club de agility Parque del Alamillo cuenta con un profesorado de gran experiencia y conocimiento que impartirá clases para aquellos que nunca antes hayan practicado este deporte y quieran introducirse en el mismo, o aquellos que quieran perfeccionar su técnica. La duración del curso será la necesaria para que tanto el perro como el guía efectúen las pistas con comodidad y fluidez. De manera que el socio, pagará una cuota mensual (ver tarifas) con la que se garantizará la asistencia a clases de Preagility dos veces en semana (ver horarios).
En estas clases, comenzará aprendiendo a motivar y controlar a su perro en lo que al agility se refiere para, posteriormente, ir introduciéndole el aprendizaje de los distintos obstáculos, a la vez que llevará a cabo diversas pistas acordes a las necesidades y el nivel del animal. Por supuesto, todo esto se llevará a cabo dependiendo de la edad a la que el perro comience su entrenamiento. De manera que no serán los mismos ejercicios los que requiera un cachorro de pocos meses que los que necesite un perro más adulto.
Vera en su primer día de entrenamiento |
Una vez el profesorado apruebe al guía y perro, es decir, que se les considere preparados para debutar, pasarán a un estado intermedio en el que se añadirá una clase extra por semana, en la cual se enfrentará a la ejecución de pistas de GI, normalmente ya empleadas por jueces de competición. A este nivel se suele acceder al mismo tiempo que se considera preparado para debutar, es decir, para empezar a competir, esto es, siempre que el guía quiera pasar a competición.
En caso de que el guía quisiera empezar a competir antes, éste podría hacerlo en las distintas pruebas oficiales que cuenten con la categoría preagility. La edad mínima requerida para la participación de un perro en este tipo de pruebas depende del club organizador pero, a grandes rasgos, los participantes se encontrarán con pistas compuestas por saltos y túneles con los palos situados en la zona más baja, para evitar que ningún perro pueda sufrir una lesión.